El aprendizaje continuo

Mi vínculo con el IES Casas Viejas y con el pueblo comienza en septiembre de 2017. Fue Salus quien me introdujo en la historia de ambos. Esto lo hizo a través de la exposición, pues mi primer curso coincidía con los veinte años de exposiciones organizadas por él. A partir de ahí no solo entré en contacto con el patrimonio de Benalup, sino con la forma de trabajar de Salus.

Me pidió que le echara una mano porque quería grabar los materiales haciendo un recorrido y que le diera ideas sobre cómo montar después el vídeo. Desde ese momento, fuimos trabajando juntos en distintos aspectos que tuvieran que ver con los medios tecnológicos, pues siempre quería buscar nuevas formas y caminos para hacer accesible el conocimiento a la mayor cantidad posible de personas. Y qué mejor ejemplo de esto que su uso de la aplicación Genial.ly.

Cuando estábamos en plena pandemia, confinados, cuando lo más fácil hubiese sido rendirse, Salus aprendió (en la máxima expresión de significado de esa palabra) a utilizar esta herramienta para dejar al pueblo y al centro su legado, la recopilación de todo su trabajo, en formato digital (está disponible en la siguiente dirección: http://www.iescasasviejas.net/1.web/trabajosalumnos/expoxxii.html). Nunca olvidaré el día que hablamos por videollamada para que me explicara qué quería hacer y, cuando me ofrecí a hacerlo, me dijo: “Tú me enseñas a hacerlo, no quiero que lo hagas, que para eso eres maestro. Dime cómo puedo hacerlo”. Tal es la calidad y la minuciosidad de lo que hizo que hasta representantes de la empresa se quedaron asombrados del partido que le había sacado.

Para mí ese es el recuerdo que tendré de Salus, un profesor que no quiere dejar de aprender; una persona que se deja ayudar pero que no quiere que hagan las cosas por él; un ejemplo vital y profesional que debería guiarnos como docentes; un referente que jamás podremos olvidar.

Raúl Rubio Millares