Llegué al IES Casas Viejas
Llegué al IES. “Casas Viejas” a principios de julio de 2004. Pasé por el centro camino de mi tierra, a Córdoba, donde investigaba en varios archivos, reuniendo materiales para mi tesis doctoral. Fue así como conocí a D. Salustiano Gutiérrez Baena, a la sazón director del instituto.
Me causó una magnífica impresión porque, tras un breve intercambio de opiniones sobre el momento que atravesaba la Educación, comprendí que estaba ante un hombre comprometido. Comprometido con la dirección del “Casas Viejas”, con su labor docente, con la incansable búsqueda de la trascendencia de la labor educativa en la construcción de la sociedad benalupense. Comprometido con sus compañeros (con lo difícil que es “barajarnos” y coordinar distintas opciones pedagógicas y formas de aplicarlas), con el alumnado al que siempre protegía frente a posturas recalcitrantes de algunos profesores (yo el que más) y comprometido con la sociedad casaviejeña, con la que había anudado un pacto de amor.
Me costó tiempo y esfuerzo descubrir primero, y compartir después, esos compromisos vitales. Para mi desarrollo personal y profesional este ejemplo de Salus ha sido fundamental.
Recuerdo que le gustaba afirmar “Las palabras conmueven, pero el ejemplo arrastra”. Y eso fue para mí. Un ejemplo constante. Y tuve muchas ocasiones, aprovechadas, de decírselo con una frase que a él le arrancaba una sonrisa:” Jefe, contigo me siento bien mandado”. Salus, compañero y amigo, supo encomendarme trabajos en el departamento de Ciencias Sociales para extraer lo mejor de mis cualidades y me corrigió cuando me equivocaba. Con su entusiasmo, que sabía transmitir, las horas de trabajo parecían minutos, las tardes de reuniones o preparando las exposiciones anuales de la Semana Cultural eran “algo que hay que hacer, porque si no lo hacemos nosotros, nadie lo hará”. Y te sentías recompensado cuando veías a los casaviejeños observar emocionados los contenidos de nuestras exposiciones, gracias a las cuales el pueblo de Casas Viejas recuperaba su pasado, sus señas de identidad, borradas, robadas desde los aciagos días del Capitán Rojas.
Decían los romanos que “lo que hacemos en esta vida, tiene su eco en la Eternidad”. Si yo consigo esta meta se lo deberé a mi gran compañero y amigo Salustiano Gutiérrez Baena, ejemplo y guía en mis doce años de docencia en el IES. “Casas Viejas”.
“Temprano levantó la Muerte el vuelo, temprano madrugó la madrugada…”
Enrique Carabaza Bravo. Profesor del IES. “Casas Viejas”