El compromiso con la enseñanza

Hablar de Salus como profesor es sinónimo de entusiasmo, implicación, interés, entrega, deseo de transmitir unos conocimientos y despertar en los jóvenes la curiosidad por la Historia o por la Geografía, en definitiva, por aprender. Pero su labor no se queda ahí, porque en ningún momento ignora el corte de pelo de sus alumnos, sus últimos amoríos, sus triunfos o sus fracasos.

Salus, la persona y el profesor que conocemos, tiene una capacidad inagotable de trabajo y la habilidad de utilizar todos los recursos posibles para motivar a los adolescentes y mostrarles el camino acertado, guiarlos en sus pasos hacia el futuro.

Desde el primer curso en el IES Casas Viejas en 1992 supo transmitirnos a quienes hemos compartido con él la docencia a lo largo de estos años su convencimiento de que un pilar básico de la enseñanza lo constituyen las actividades extraescolares y culturales, su visión iba más allá del reducido espacio físico que ofrece el aula y de la distribución fija que tienen los alumnos frente a una pizarra, quería hacerlos protagonistas y partícipes de su aprendizaje en otro marco y en otro espacio, en otro contexto, con miras hacia el futuro. Y pronto veríamos a los niños y jóvenes del instituto, cuestionario en mano, por las calles del pueblo, hablando con las familias protagonistas de la historia o de la vida cotidiana, recabando la información que con el tiempo se iba convirtiendo en valiosos documentos, lo que él llamaba trabajo de equipo. Su labor como profesor que primaba la investigación es aún mayor si tenemos presente que cuando todo esto comienza, en la década de los 90, estábamos todavía muy lejos de lo que supondrían las nuevas tecnologías.

Salus ha sido un profesor innovador que ha sabido ir por delante de los tiempos o al ritmo de los mismos, sin cansarse nunca de buscar nuevos horizontes, nuevas metas y nuevos retos que mantuvieran al alumno atento, implicado en su aprendizaje, sin perder la motivación, la curiosidad como decía antes. Enseñaba y aprendía al mismo tiempo, porque los alumnos eran fuente de conocimiento e información para él, en un proceso recíproco.

El otro pilar importante es la atención a la diversidad, dotar a los grupos de carácter heterogéneo y atender a todos los alumnos para que ninguno se quedara detrás, atender a sus necesidades, intereses, capacidades o situaciones, sin olvidar que detrás de cada nombre hay una persona y unas circunstancias. Creía por encima de todo que hay que abrir puertas al futuro y la mejor puerta es el conocimiento, la cultura, la formación.

Su aportación al IES Casas Viejas es incuestionable y su huella en tantas generaciones como han pasado por sus manos, sus aulas, significativa. Salus recorriendo los pasillos, Salus buscando fotos, Salus preparando el power point o la presentación para la cena y despedida de Bachillerato, para la graduación, Salus anticipando las evaluaciones para mejorar los resultados antes de que se celebraran, Salus analizando los resultados de selectividad, Salus preparando un cuestionario más para un nuevo trabajo o una nueva exposición, Salus... es todo esto y mucho más, porque si como profesor quiso llevar la historia del pueblo al instituto, también acertó a llevar, a proyectar el instituto en el pueblo, con todo lo que ello implicaba, y lo hizo orgulloso de su labor.


Por todo, siempre Gracias.


Isabel Sánchez Buendía